Tuesday, June 4, 2013

Una experiencia con el abuelo que me sirvió para pensar en la vida y en la Promoción de la Lectura


       Pasar unas vacaciones de dos semanas con tu abuelo de 96 años puede ser una experiencia fabulosa.   Realmente te sirve para pensar sobre la vida y lo corta que puede llegar a ser.

       Estar perfectamente bien intelectualmente,  como mi abuelo,  quien aún habla 7 idiomas,  pero que tu organismo comience a fallar es muy triste y frustrante.  El piensa todo el tiempo en la muerte,   puede llegar en cualquier momento,  ya tiene 96 anos, pero ve la vida como una nueva oportunidad cada día. Me recuerda al libro una  Señora con Sombrero.

        Aun se para antes que yo.  Lo primero que hace en el día es bañarse,  lo cual hace solo.  Se afeita solo, camina sin bastón.  Escribe y manda por lo menos tres cartas diariamente.  Habla sus 7 idiomas y cambia de uno al otro en un abrir y cerrar de ojos.  Anteayer  empecé a estudiar holandés, él me está ayudando,  pero es muy difícil,  compré un libro y él me corrige  la pronunciación.  No sé por qué los holandeses no hablan inglés o español.  Sería más fácil.

        Sé que mi abuelo se pudiera ir en cualquier momento,  me tranquilizaría que lo hiciera mientras yo estoy aquí,  porque debe ser triste morir solo. Esa idea no me gusta mucho, tengo que reconocerlo.  Son sentimientos encontrados,  me sentiría como Chanchita en el cuento  Nana Vieja.

      He estado contando algunos de los cuentos que contaba en mi colegio,  parece que han gustado mucho.  Sobre todo entre las personas con más experiencia en la vida.

      Me parezco tanto a Fernando el del cuento de Fernando Furioso,  sé que algunas veces somos igualitos. Sólo necesito distanciarme para darme cuenta que los problemas no son tan graves. Cuando estás aquí,  en un lugar donde la frontera entre la vida y la muerte es tan frágil todos los días,  te das cuenta lo corta que es la vida para ponerte como Fernando por cosas que no valen la pena.

      También he escrito mucho,  algunas de esas cosas las he colgado recientemente en mi blog.  Incluso,  las cosas que hacía con mis niños en el colegio.

      Aquí me siento como Guillermo  Jorge Manuel José.  Estoy en un ancianato y todo lo que se respira es la sabiduría que sólo te dan los años,  la cual no se obtiene en ninguna Universidad del mundo por más prestigiosa y renombrada que sea, más que en la Gran Universidad de la Vida.  Es por eso me siento como Guillermo Jorge Manuel José.

      Refenrencias.     


1 comment:

Angélica Silva said...

Victor, que experiencia tan linda nos cuentas. Me parece extraordinario que, además, incluyas en el texto referencas de libros infantiles. Los libros para niños y jóvenes están allí para comunicar a las personas jóvenes y las no tan jóvenes las mismas experiencias de una vida feliz, triste, etc. Siempe celebraré esa misión tuya de ser un Promotor de Lectura. Celebraré siempre con mucho orgullo esa dedicación y aplaudiré igualmente tu ganas de contarnos historias.
También te digo que sabemos que el tiempo físico no es eterno, pero el emocional sí. Emocionarse con tus historias y las relaciones de libros que haces a partir de ellas es muy fácil.