Saturday, May 31, 2014

A propósito del día de las madres para poder seguir hablando de la Lectura y Escritura




           Hoy es 01 de junio,  hace aproximadamente quince días fue día de las madres.  Esos seres especiales que nos llenan de ternura,  de cuidados y de mimos en nuestros primeros años y que más adelante se constituyen en compañeras inseparables por el resto de nuestras vidas.  Esos seres de luz que no son más que paño de lágrimas durante las penurias pero a la vez ese primer amor a quien le llevamos nuestras primeras flores y con quien compartimos nuestras confidencias.
          
Las madres nos cuidan,  nos protegen con un cariño desbordado porque somos  sus hijos.  Pero ese mismo cariño hace que nos reprendan cuando sea necesario.  Aunque esa reprensión sea a costa de alguna lágrima temporera,  no importará porque mientras brota de esos ojos de inocencia partiéndole en mil pedazos el corazón a nuestra madre,  ella tendrá presente en su mente como una diáfana visión el resultado que estas sanciones tendrán en su hijo.

Las madres son entrega y dedicación,  son amor,  dulzura y comprensión,  son firmeza pero flexibilidad a la vez.

Por eso quizás tantas poetas,  escritores y músicos han escrito sobre las madres  y los nobles sentimientos que ellas despiertan. En esta oportunidad,  como homenaje por el día de las madres y para seguir hablando de la lectura y la escritura,   quisiera compartir con mis madres lectoras una flor que dibujé hace algunos años ya,   junto a una bella canción compuesta por Ernesto Luis Rodríguez e interpretada con maestría por el grupo venezolano “Serenata Guayanesa”,  en su disco  “Querida Mamá”.

Se trata del mismo grupo que fuera decretado Patrimonio Cultural de la Nación el 18 de noviembre del  año 2011 a partir del decreto Nº 8608.  Constituirse en Patrimonio Cultural  significa que su obra es de tal relevancia y repercusión en el mundo cultural de la Nación,  que con el propósito de garantizar su preservación,  a partir de ese momento su obra sería de obligatoria difusión en las escuelas,  por ejemplo,  para que de este modo la conozcan las generaciones futuras.  

Es una agrupación de tanta trayectoria e importancia que ha sido acompañado en alguno de sus conciertos por la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas,  regalándonos hermosos momentos de deleite artístico a los venezolanos  durante las navidades,  al tiempo que nos pone a pensar cómo sería el niño Jesús en caso de ser venezolano.  Como producto del mestizaje seguramente tendría otras características,  las cuales se parecerían más a los niños de nuestras aulas.

¿Sería posible que se dijera de nuestra madres  que con la huella de sus  palabras  perfuman el abecedario?  ¿Pero no conforme con eso  nuestras madres serían tan sublimes y tan bondadosas también se dijera de ellas que  le ponen sol al canario y son manantial de la estrella?  ¿Y que como consecuencia de ello lavan en agua de mimos  el pantalón con remiendos?  Es lo que propone Iván Pérez Rossi en la canción  de Ernesto Luís Rodríguez que versiona y que se les regala a continuación,  queridos lectores,  junto a esta flor,  como presente por el día de las madres.

Si quieres escuchar la canción "Arruyo para una madre" de Serenata Guayanesa 




Referencias


Ø  http://radiodecimafm.blogspot.com/2009/11/biografia-y-poesia-de-ernesto-luis.html

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