Saturday, October 24, 2009

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización y Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Adquisición y Desarrollo del Lenguaje: Etapas Inicialeस
Víctor Mendizál
Cómo aplicar el constructivismo para enseñar
los diferentes tipos de texto en Preescolar
Todo maestro hoy en día levanta con orgullo el estandarte del constructivismo. No obstante, ese constructo es en la mayoría de los casos mal entendido y/o mal aplicado. Las clases de lengua no escapan a esta situación pues entre más avanzado esté el muchacho en su proceso de escolarización, mayor dificultad conseguirá el docente para aplicar tales postulados.

Por eso, entre más pronto se empiece a llevar a la práctica el planteamiento de un bien entendido constructivismo, mayor facilidad encontrará el niño para asimilar los contenidos de grados superiores. Por tal razón, es que surgen las siguientes preguntas: ¿Es posible que se aplique este constructivimo y socioconstructivismo al área de promoción de lectura en preescolar? ¿Cómo se pudiera potenciar el aprendizaje de otros contenidos, con la finalidad de que los niños se refieran más apropiadamente a su entorno, a partir de lo que ya conocen? ¿El potenciar el aprendizaje de esa diversidad de contenidos dentro de un programa de promoción de lectura en preescolar tendrá beneficios en su desarrollo cognoscitivo y metacognoscitivo? ¿Qué tan importante serán estos aprendizajes, no contemplados en el currículo como tal, a la hora evaluar la eficacia de las planificaciones desarrolladas en la biblioteca?

Se procederá a ilustrar mediante la experiencia de un personaje de la literatura infantil y juvenil, “El Principito” de Saint-Exupéry. Un buen día en su pequeño planeta B-612, germinó una semilla extraña que no se sabía de dónde venía. Entonces el pequeño personaje vigiló de cerca aquel retoño que no se parecía a ningún otro. El arbusto pronto dejó de crecer y comenzó a formarse una flor hasta que terminó de retoñar, y para sorpresa de todos... ¡Hablaba!

Parecía una niña malcriada, de hecho, no hacía sino exigencias y dar instrucciones. Poco después de haber florecido, ya le decía a su anfitrión: “Creo que es la hora del desayuno. (…). ¿Tendrías la bondad de acordarte de mí?” (p. 50) También contaba cosas como si fueran pequeños relatos, sabiendo muy bien la intención que iban a tener. La flor, a pesar de su juventud, se comunicaba con el Principito haciendo uso de diferentes tipos de textos: instruccionales, narrativos o descriptivos, aunque no necesariamente supiera esas diferencias. Por eso, este ensayo tiene como finalidad reflexionar en torno a la importancia de incorporar la distinción de los diferentes tipos de texto en un programa de promoción de lectura para los niños de preescolar, en sus visitas de una hora semanal a la biblioteca del colegio.

Los niños, al igual que la flor de “El Principito”, requieren de nuestro cuidado diario. Por tal razón su educación es muy importante para nosotros. De hecho, esta enseñanza deberá ayudar a los niños a darse cuenta de todas las potencialidades que poseen y a desarrollarse en los diferentes ámbitos de sus vidas. Al igual que la flor de “El Principito”, los niños en edad preescolar, que son quienes principalmente nos interesan en este ensayo, saben lo que son las instrucciones, los relatos y los mensajes y por eso los usan adecuadamente. Lo único que necesitan es que se los ayude a estar conscientes de sus diferencias, en cuanto al tipo de textos que irán usando a medida que avancen en el sistema educativo. Eso es lo que propone la metalinguística, pues le permite al sujeto conocer y manipular de manera intencional su comportamiento lingüístico con la finalidad de hacerlo más efectivo (Fraca de Barrera, 2002), es decir, adoptar una actitud reflexiva ante el lenguaje y su utilización (Fraca de Barrera, 1994, citado en Valles, 2000).

Según Valles (2007) este proceso reflexivo del lenguaje comienza tan temprano como el adulto se empieza a comunicar con el niño. Es entonces cuando la norma lingüística de la madre va a determinar incluso la selección de distintos órdenes discursivos y por ende de determinados tipos de texto. Así, por ejemplo, desde los primeros meses de vida y a lo largo de los 3 primeros años, la madre utilizará la narración para contar las actividades del día, al igual que hará uso de los textos expositivos (informativos) para referirse a las características de los objetos como los juguetes, los utensilios del baño y las personas que lo rodean, y finalmente también hará uso de los textos instructivos.

Hasta ese período todo marcha perfectamente, pues según el informe de “Indicadores de condiciones de vida de la población venezolana” de FUNDACREDESA, correspondiente al año 1998, los niños venezolanos nacen con un excelente potencial de desarrollo que se manifiesta hasta los 2 años. A esa edad, el potencial inicial comienza a ser perjudicado por diferentes factores adversos que impiden su adecuado despliegue (Valles, 2007).

Con ese potencial inicial perjudicado, ya aproximadamente a la edad de 4 años, los niños ingresan al preescolar, donde es posible que existan diferentes tipos de relación entre la clase de referentes significados por las palabras del niño y del adulto. Así, en este proceso de construcción de significados el niño hace uso de: (a) Ausencia de correspondencia: la palabra que usa no corresponde al objeto que se refiere. (b) Superposición parcial: se refiere a la utilización de un término para designar a objetos o personas no incluidos en el mismo. Por ejemplo cuando se llama papá a todos los adultos masculinos. (c) Supergeneralización, cuando una etiqueta verbal es aplicada por un niño a un conjunto de referentes más amplio del que se da en la forma adulta de la lengua. Por ejemplo designar indistintamente con el término “guau-guau”, gatos, perros, burros, etc. Por último, tenemos (d) la Subgeneralización al utilizar un término en una extensión particular, como utilizar la palabra zapato sólo en presencia de los de su mamá (Valles, 2000).

Con respecto a la estrategia lingüística de la supergeneralización se ha observado reiteradamente en las actividades de la sala infantil de la Biblioteca Elías Toro, ubicada en el colegio Santiago de León de Caracas, que los niños llaman “cuento” a todos los libros, independientemente de sus diferencias. En relación a conductas como ésta, Vigotsky (1934/2007) aclara que “cuando el niño asimila por primera vez una palabra ligada a un determinado significado, el desarrollo del significado de la palabra no concluye, sino que solamente comienza; la palabra es al principio una generalización de lo más elemental, y solo a medida que se desarrolla, el niño pasa de la generalización elemental a tipos cada vez más altos de generalización, culminando este proceso con la formación de auténticos y verdaderos conceptos” (p. 270).

El concepto de texto instruccional, informativo y epistolar pudieran ser ejemplos de productos del proceso de formación de tipos más altos de generalización explicado de esta forma por Vigotsky, mientras que el texto narrativo ejemplificaría el proceso de generalización de lo más elemental y por ello el niño llama cuento indistintamente de su contenido, a todos los libros.

De hecho, tan plausible es lo anteriormente expuesto, que una de sus aplicaciones se puede observar en la propuesta realizada por Valles (2000). Esta autora se ha trazado en sus investigaciones destinadas al nivel de preescolar, el objetivo de “Estimular la producción de textos expositivos y narrativos”. Para lograr este cometido ha aplicado estrategias metalinguísticas y metacognoscitivas en la elaboración de textos instruccionales, expositivos y narrativos. Tal objetivo ha coincidido con lo planteado por Ferreiro (2001) cuando afirma que se alfabetiza mejor cuando se permite interpretar y producir diversidad de textos.

Ahora bien, y de ¿qué nos sirve pensar en las ventajas de aplicar no solo estrategias metalingüísticas en el nivel de preescolar, sino continuar alfabetizando escolarmente en esta edad temprana? La respuesta a esta interrogante guarda mucha relación con las preguntas antes planteadas. De hecho, al hacer de estas inquietudes preguntas de investigación, se requeriría el desarrollo de una de las destrezas metalingüística propuestas por Clark (citado en Fraca de Barrera, Maurera y Silva, 2002) tal como lo es la búsqueda de resultado de una expresión para interpretar adecuadamente la intencionalidad de cada tipo de texto. Además, cuando los niños ingresen a la primera etapa de Educación Básica, podrán enfrentarse más satisfactoriamente con las nuevas actividades propuestas en la sala correspondiente.

En la Biblioteca Elías Toro del Colegio Santiago de León de Caracas se lleva a la práctica todo lo anteriormente expuesto. Durante un período de tiempo de 3 meses aproximadamente, durante los cuales se trabaja el texto instruccional, el texto epistolar y el texto narrativo, así como también cuentacuentos y actividades de lectura libre.

A continuación, se muestran algunos ejemplos de situaciones didácticas diseñadas para el trabajo de diversas estructuras textuales con niños de preescolar durante su estadía en la biblioteca del plantel।
Caso 1 El texto epistolar

Para trabajar con el texto epistolar en la biblioteca se recrea una situación hipotética con fines didácticos como la siguiente। Se dice a los niños que se ha dañado el ascensor y se necesita llamar al técnico, pero con la limitante de que se ha acabado el saldo del teléfono। Lo único que se tiene son mensajes de texto y una computadora con Internet। Entonces se plantea a los alumnos la pregunta sobre cómo creen ellos que podríamos comunicarnos con el técnico. Cuando logran darse cuenta que es a través de un mensaje escrito, se redacta entre todos una carta breve y se finaliza enunciando sus características.
Caso २ El texto instruccional

A la hora de trabajar con los niños el texto instruccional se llevan varios libros, de diversa temática, tales como manuales de magia y recetarios de cocina। Entonces se procede a hacer algunos trucos y como los niños quieren saber la manera de hacerlo, se leen las instrucciones en el libro। De la misma manera se lee una receta de cocina bastante provocativa, partiendo de lo sabrosa que se ve la imagen en la ilustración y preguntando si no les gustaría saber cómo se hace। Si da tiempo también se lee parte de un manual de instrucciones de celular. Se finaliza preguntando a los niños qué cosas tenían en común todos estos tipos de texto.
Caso ३ El texto narrativo tipo cuento

El texto narrativo se prefiere trabajar a través de la representación teatral del cuento de la “Cucarachita Martínez”, actividad que es alternada con pequeños fragmentos leídos del texto original, para que así al finalizar la lectura sea posible que entre todos, se identifiquen las partes del cuento y qué cosas hicieron posible captar que cada una de esas partes estaba empezando en el relato, con las siguientes preguntas ¿cómo empezó el cuento?, ¿qué pasó después?, ¿qué cosa se repetía una y otra vez en esta parte?, ¿cómo sabían que se estaba empezando a acercar el fin?, y finalmente ¿cómo terminó?

A modo de cierre

Pareciera poco importante estudiar cómo se forma a nivel psicológico esta distinción, sin embargo, el planteamiento cobra vigencia al considerar que es una aplicación de los mecanismos de asimilación y acomodación propuestos inicialmente por Piaget quien sostuvo que “la asimilación implica el que la persona trate con el medio ambiente en función de sus estructuras, mientras que la acomodación implica la transformación de las estructuras en respuesta al medio ambiente” (Gunsber y Oper, 1977, p.18). En otras palabras, cuando el niño se enfrenta con un texto nuevo, lo asimila a su esquema de cuento, es sólo cuando acomoda dicho esquema para la formación de otro, que se da cuenta de que ese texto es diferente, con otras características, y por lo tanto es otra cosa.

Por todo lo anteriormente expuesto es posible afirmar que como parte de un programa de promoción de lectura en preescolar es beneficioso incorporar la distinción de diferentes tipos de texto, ya que propiciaría el desarrollo metalingüístico del niño. Sólo es a partir del desarrollo adecuado de la metacognición que el niño podrá darse cuenta de estas diferencias y por consiguiente, al asimilarlas a su lenguaje, se logrará que amplíe su vocabulario para referirse más apropiadamente a su entorno y contribuir, de esta forma, con su desarrollo.
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Referencias
  • Ferreiro, E. (2001). Pasado y presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aire: Fondo de Cultura Económica.
  • Fraca de Barrera, L. (2002). Hacia la definición de una Didáctica Metalingüística. En L, Fraca de Barrera, S. Maurera y A. Silva (Comp.) Estrategias Metalinguísticas. Hacia una reflexión de la lengua materna en el aula. Cuaderno Pedagógico del CILLAB Nª 6.Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés Bello (pp. 1-12). Caracas: Instituto Pedagógico de Caracas.
  • Gunsberg y Oper (1977). Piaget y la teoría del Desarrollo intelectual. Madrid: Dossat.
  • Saint-Exupéry, A. (1997). El Principito. Santa Fé: Panamericana Editorial.
  • Seldon, E. (1983) El Artista de la cocina. Para comer en familia. Caracas: Publicaciones Latinoamericanas.
  • Valles, B. (2000). La estimulación lingüística en el niño preescolar. Una propuesta de intervención pedagógica en una perspectiva comunicativa: Proyecto de la unidad preescolar Las Piedras. En: Concurso de Experiencias Creativas en Educación “Simón Rodríguez”. Trabajos ganadores en la quinta edición. (2000). Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógico Experimental Libertador.
  • Valles, B. (2007). Desarrollo del lenguaje y enseñanza de la lengua materna en la escuela inicial. Caracas: Didáctico Crecer.
  • Vigotsky, L. (1934/2007). Pensamiento y Habla. Buenos Aires: Colihue


1 comment:

Lin said...

qué buen artículo, Víctor. Gracias por compartirlo. Saludos!