Wednesday, November 11, 2009

Recomendando autores para niños y adultos

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización en Lectura y Escritura
Curso: Lectura para Niños y Jóvenes
Víctor Mendizábal

Antonio Arráiz

“Pero lo que acabo de contarte no es nada en comparación con lo que sigue…” se constituye en la frase mil veces repetida por Sherazada con la finalidad de enlazar sus cuentos. Habida cuenta de su valor oral, este procedimiento no es solamente un “truco” de narrador, sino que afirma de una manera dramática el poder de la palabra. Un poder que constituye uno de los principales temas de asombro de los narradores de “Las mil y una noches”.

Sin embargo, esta fórmula es usada también en El Panchatantra indio, actualmente traducido a más de sesenta idiomas, y que narra los relatos de los chacales, Calila y Dimma. En estas historias, cada uno de sus apólogos termina diciendo: “No debes hacer esto o aquello si no quieres que te ocurra lo mismo que a X…”, “¿Y qué fue?” pregunta el oyente cayendo en la trampa, lo cual da pie para que el narrador empiece su historia.

En “Las Setenta Historias del Loro”, otra colección indo-persa, un loro impide que una joven esposa acuda a una cita galante a través del mismo procedimiento. Cada noche, en el momento en que ella se dispone a salir la retiene diciéndole: “¡Oh, ídolo mío!, te dejo marchar a condición de que no hagas como aquel Rey de Damasco que, habiendo matado por descuido a su halcón predilecto, la buena suerte le volvió la espalda, y aunque se arrepintió, su tardío arrepentimiento no le sirvió de nada”. La joven entonces pregunta: “¡Oh, mi compañero! ¿Cómo sucedió?

En todas las formas que se acaban de citar, un personaje persuade a otro para que continúe o suspenda una acción despertando su interés por una cosa hablada. Pero, aunque es evidente que este procedimiento adquiere más valor cuando los cuentos son hablados y no leídos “lo que acabo de contarte no es nada en comparación con lo que sigue…”

La Cucarachita Martínez. Fragmentos.
4º Entrega.

Al llegar la quinta noche a su término, Doniazada llamó a su hermana, la sultana, y le dijo:
-Por Dios, hermana mía. Si no duermes, acaba de contarnos el cuento que dejaste suspendido ayer.
Scherazada, después de lograr el permiso del sultán, prosiguió su relato en estos términos:

La Cucarachita no encontraba qué contestar. Y todavía fue mayor su sorpresa cuando, al día siguiente, pudo leer en las páginas de El Animal Independiente la entrevista que la había hecho Pica-y-huye.

“-Nosotros –decía- le preguntamos:

“-¿Cree Ud। que en la riqueza estriba la esencia de la felicidad?

“Colocando la manita primorosa sobre la aterciopelada mejilla, en una actitud de profundo recogimiento interior, nuestra gentil interviuvada nos contestó así, con un suspiro:

“-¿La riqueza? ¿Qué importancia puede tener la riqueza para una mujer joven como yo? ¡La juventud, la belleza, el amor, la virtud, la piedad! He ahí la base de ese fermento químico, como pudiéramos llamar a la vida. En cuanto a la riqueza, no es más que el ácido que se vierte sobre ella, modificándolas, alterándolas superficialmente, arrancando irisaciones insospechadas y tonalidades opalescentes donde no existía antes sino el cuerpo amorfo. La riqueza es algo como el rayo de luz y de emoción que despierta los colores dormidos en la penumbra, el toque mágico a las regiones etéreas desde donde se dominan los panoramas radiantes de la existencia…”

Este reportaje valió a Pica-y-Huye un aumento de sueldo en el periódico. En lo que toca a la sensación que produjo, baste decir que uno de los lectores, el Gato, al llegar a esta altura del artículo, exclamó en voz alta:

-¡Caramba! Esto está magnífico. ¡Qué muchacha inteligente! ¡Y tan bonita! –agregó al ver el retrato-. Es inteligente, bonita, graciosa, riquísima. ¡Santo Dios!

Apartó el periódico, y alzando la voz llamó a su ayuda de cámara el Piojo:
-Piojo: mi flux nuevo de gabardina gris, mi corbata vino tinto, mi camisa color crema, mis zapatos cortebajos de gamuza blanca, mi bastón de caña de India y mi pitillera de malaquita azul. Quiero estar particularmente bien vestido hoy, porque intento hacer una visita.

El Gato es un aristócrata de vieja cepa, descendiente de antiguos marqueses, pero a nadie se le escapa que está arruinado, y anda en busca de una buena dote.

La arañita de playa fue a la casa de su prima la Araña Tretacauta, y allí encontró a sus otras primas la Araña Común, La Araña Peluda y la Tarántula.

-¿Ya sabrán ustedes la noticia?

- Te refieres sin duda a la nueva rica- contestó la Tarántula.

-Nueva rica, ésa es la palabra –declaró desdeñosamente la araña común-. Me chocan esas ostentaciones de periódico, y todo lo demás. Ello no revela más que baja alcurnia y deplorable vulgaridad.

-Pero mi’hijita, ¿y quiénes son las Martínez? ¡Figúrate! ¡Unas nadie!- recordó la Arañita de Playa.

-Lo que es en mi casa no entra la tal Cucarachita Martínez, por más dinero que haya adquirido de pronto, y de manera muy poco decorosa por cierto –Anunció la Araña Peluda.

-¡No faltaba más! ¿Nosotras codearnos con esa plebe? –exclamó la Tarántula.

Y la Araña Tetracauta, la más pomposa de todas, respetada en la familia por su ropaje imperial color de sangre, así como por la media luna que luce en el abdomen, resumió lo dicho:

-Entonces estamos todas de acuerdo, queridas primas. Nosotras no olvidamos que araña es un apellido ilustre, y que nuestra amistad no puede estar al alcance del primer advenedizo.

Con esta consigna regresó la Arañita de Playa a su hogar; pero la firmeza de su resolución sufrió un grave quebranto al día siguiente, cuando supo que el príncipe Pavo Real, tan de buen linaje, por lo menos como ellas, había invitado a la Cucarachita Martínez al gran baile de Carnaval que daba todos los años. Sin pensarlo más, la arañita fue inmediatamente a hacerle una visita a la nueva millonaria; y ¿cuál no sería su sorpresa al encontrar allí arrellanadas en sendas butacas, a sus primas la Araña Común, la Araña Peluda, la Tarántula y la Tetracauta?

-¡Cuánto nos ha alegrado tu inesperada suerte, querida! –decía la Araña Peluda-. Tú sabes que tus éxitos son también los nuestros.

-Así es –apoyó la Tretacauta-. No sé si recuerdas que tu familia y la nuestra están emparentadas. El cuñado de un primo de la sobrina de tu tatarabuelo Martínez estuvo a punto de casarse con la yerna de un tío del hermano de nuestra tatarabuela la Araña Galeoda. No nos podrías negar, por lo tanto el derecho y el placer de llamarte prima.

La Cucarachita Martínez gozaba de todas las dulzuras de reciente prosperidad; pero, al mismo tiempote todos sus inconvenientes.
-¿Y qué haré yo ahora con mi mediecito? –se repetía-, y su interrogación iba adquiriendo un tono siempre mayor de saciedad y de tristeza.

Referencias

Sunday, October 25, 2009

Recomendando autores para niños y adultos



Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Curso: Lectura para Niños y Jóvene


Víctor Mendizábalल




Antonio Arráiz




Las palabras son todopoderosas porque pueden salvar de la muerte. Incluso, enlazadas unas con otras se convierten en cuentos maravillosos, en tanto que utilizadas solas pueden ser talismanes, fórmulas mágicas (como “Ábrete, Sésamo”). Este es el secreto de Sherazada, que no hay que tomar a la ligera el principio de las historias sucesivas que salvan de la muerte. Por tal razón, “Las Mil y Una Noches” representa, para los narradores, un homenaje preliminar al poder del verbo.

En “Las Mil y Una Noches” nadie nunca dice: “¡Bah, esto no son mas que historias!”, sino que todos los protagonistas, y tal vez se incluyan niños entre ellos, muestran un inmenso y arrobado respeto por los cuentos, hasta el punto de dejarse seducir y cautivar por la magia de las palabras. Por eso, interrumpen sin vacilar todos los actos de su vida para escuchar historias. De hecho, el placer de escuchar un buen cuento prevalece sobre las funciones de gobierno.

En esta tercera noche, el cuento de “La Cucarachita Martínez” sigue siendo el que permita a Sherazada conservar la vida hasta el amanecer, por eso les invito a ver de qué manera ocurrió todo.

La Cucarachita Martínez. Fragmentos.
3º Entrega.

Al llegar la quinta noche a su término, Doniazada llamó a su hermana, la sultana, y le dijo:


-Por Dios, hermana míaSi no duermes, acaba de contarnos el cuento que dejaste suspendidoसुस्पेंदिदो ayer.

Scherazada, después de lograr el permiso del sultán, prosiguió su relato en estos términos:

- La Cotorra le interrumpió:

-Mi queridísima Cucarachita, ¿Cómo estás? ¿Cómo te va? Dichosos los ojos que te ven। ¡Ay, niña! Pero si estás de lo más bien… ¿Cómo haces tú para lograr milagros de belleza? ¡Qué cutis el tuyo; qué brazos, que garganta, qué talle! La presumida avispa debe estar muerta de envidia desde que has desarrollado ese talle que tienes ahora. Muy dernier-cri, ¿lo sabes? Muy a la nouvelle saison. La moda actual tiende a estos talles mitad de sílfide y mitad de danceuse, que es lo que llaman el estilo torurbillon d’amour.- La Cotorra hablaba desbocadamente, emanando perfumes diversos y penetrantes, con una carterita de lentejuelas azules en una mano y en la otra una larguísima boquilla, en cuyo extremo humeaba un cigarrillo perfumado-. Precisamente –continuó- tengo algunas toilettes encantadoras que te harán mucho favor con ese talle cimbrante que tienes. ¿Por qué no te llegas un momentito hasta mi casa de modas? ¿Sabes?, tengo un establecimiento muy raffiné. Se llama el Desván Bleu. ¿Cuándo me haces una visita? Sería capaz hasta de regalarte mis vestidos, sólo por el gusto de vértelos puestos. Modelos de Antílope Pardo, modelos de Rengifero Ruso, modelos de Fox y Terrier, legítimos modelos de Calandria y de la Alondra… Todo importado, nada vulgar, nada nacional. ¿Cuándo te vienes un rato chez moi ma cherié? Ya verás, pasaremos unos minutos verdaderamente charmants.

-¿Tengo el honor de hablar con la Cucarachita Martínez? ¡Tanto gusto, señorita! Yo soy Pica-y-huye, reporter de “El Animal Independiente”. Ya lo sabe usted.: nuestro primer diario informativo, con ediciones de rotograbados todos los domingos. A los pies de usted, señorita. Vengo para hacerle una entrevista. A ver, Dígame usted: ¿Cuáles han sido sus primeras impresiones con la imprevista riqueza que ha caído en sus manos? ¿Cree usted que en la riqueza consiste la verdadera felicidad? ¿Cuáles son sus opiniones acerca de los presentes conflictos entre el capital y el trabajo? ¿Qué esperanzas tiene usted fincadas en los candidatos al Ayuntamiento proclamados por el Partido Animalista Nacional? ¿Prefiere usted a los caballeros con bigote rasurado, a los que usan gomina o a los intelectuales?

Y diciendo y haciendo, Pica-y-huye extrajo enseguida un lápiz y un cuaderno y se dispuso a copiar lo que contestase la Cucarachita, mientras su compañero el Jején aprestaba la máquina de fotografía.

-Paf –sonó sorpresivamente el magnesio, e iluminó con su llamarada lívida los rostros tomados de un súbito susto de los circunstantes.

La Cucarachita Martínez había quedado pensativa. Los ojos abstraídos y los labios entreabiertos indicaban la concentración de sus ideas en el deseo de contestar las preguntas del periodista.

-Estoy todavía tan aturdida –empezó a murmurar.
Pero para gran sorpresa suya, Pica-y-huye no aguardó más: púsose de pie, le dio la mano, murmurando precipitadamente:

-Muchas gracias, señorita, muchas gracias.

Y salió de la casa, seguido de cerca, como siempre, por el Jején.

Por otro lado, el Ciempiés entraba en ese momento con nuevos catálogos, planos, prospectos y folletos impresos.

Coloque usted su dinero en inversiones sanas, seguras y permanentes. No se deje embaucar por los cantos de sirena que pretenden desplumarla. Nosotros le podemos fabricar una linda casita en nuestra urbanización La Santidad del Hogar. Todas las casas que hacemos tienen porche, pantry, bar y living room. Hacerse una casa en la Santidad del Hogar es garantizarse una vida de delicias…

-¿Cómo? ¿Se ha convertido usted en millonaria y no piensa en comprar una póliza de seguro de vida? –interrumpió el Tuqueque-. Tenemos seguros contra incendios, seguros contra inundaciones, seguros contra robos, seguros contra robos, seguros contra muerte, seguros contra accidentes, seguros contra enfermedad, seguros contra invalidez, vejez, fealdad y estupidez crónica. Le aseguramos, si usted quiere una mano, un brazo, un riñón, la cabellera o los dientes orificados. Le aseguramos contra la infidelidad de su marido, contra los efectos alcohólicos, contra la murmuración de sus vecinas o contra los malos pasos con el novio. Nuestro lema es “seguros para todo y contra todo”, y nuestra especialidad son los seguros contra los agentes de seguros.

-Tengo perfumes, extractos, aguas de colonia…

-Pero ya raya el día –preciso es que suspenda mi narración.

-Hermana –le dijo Doniazada- ese cuento promete mucho y me figura que lo restante ha de ser muy peregrino.

-No te engañas –respondió la sultana-; y si el sultán me permite contártelo, estoy persuadida en que te divertirá mucho.

Schariar se levantó como el día anterior sin decir nada sobre este punto, ni dar orden al gran visir para la muerte de su hija


Referencias

  • Las Mil y una Noches Tomo 1 (2003) Gustav Weil (Traductor) Edicomunicación, S।A। España.
  • Arráiz, A (sf). La Cucarachita Martínez y Ratón Pérez. En: Meneses, G. (1992). Antología del Cuento Venezolano. Monte avila editores. Caracas.

Saturday, October 24, 2009

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización y Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Adquisición y Desarrollo del Lenguaje: Etapas Inicialeस
Víctor Mendizál
Cómo aplicar el constructivismo para enseñar
los diferentes tipos de texto en Preescolar
Todo maestro hoy en día levanta con orgullo el estandarte del constructivismo. No obstante, ese constructo es en la mayoría de los casos mal entendido y/o mal aplicado. Las clases de lengua no escapan a esta situación pues entre más avanzado esté el muchacho en su proceso de escolarización, mayor dificultad conseguirá el docente para aplicar tales postulados.

Por eso, entre más pronto se empiece a llevar a la práctica el planteamiento de un bien entendido constructivismo, mayor facilidad encontrará el niño para asimilar los contenidos de grados superiores. Por tal razón, es que surgen las siguientes preguntas: ¿Es posible que se aplique este constructivimo y socioconstructivismo al área de promoción de lectura en preescolar? ¿Cómo se pudiera potenciar el aprendizaje de otros contenidos, con la finalidad de que los niños se refieran más apropiadamente a su entorno, a partir de lo que ya conocen? ¿El potenciar el aprendizaje de esa diversidad de contenidos dentro de un programa de promoción de lectura en preescolar tendrá beneficios en su desarrollo cognoscitivo y metacognoscitivo? ¿Qué tan importante serán estos aprendizajes, no contemplados en el currículo como tal, a la hora evaluar la eficacia de las planificaciones desarrolladas en la biblioteca?

Se procederá a ilustrar mediante la experiencia de un personaje de la literatura infantil y juvenil, “El Principito” de Saint-Exupéry. Un buen día en su pequeño planeta B-612, germinó una semilla extraña que no se sabía de dónde venía. Entonces el pequeño personaje vigiló de cerca aquel retoño que no se parecía a ningún otro. El arbusto pronto dejó de crecer y comenzó a formarse una flor hasta que terminó de retoñar, y para sorpresa de todos... ¡Hablaba!

Parecía una niña malcriada, de hecho, no hacía sino exigencias y dar instrucciones. Poco después de haber florecido, ya le decía a su anfitrión: “Creo que es la hora del desayuno. (…). ¿Tendrías la bondad de acordarte de mí?” (p. 50) También contaba cosas como si fueran pequeños relatos, sabiendo muy bien la intención que iban a tener. La flor, a pesar de su juventud, se comunicaba con el Principito haciendo uso de diferentes tipos de textos: instruccionales, narrativos o descriptivos, aunque no necesariamente supiera esas diferencias. Por eso, este ensayo tiene como finalidad reflexionar en torno a la importancia de incorporar la distinción de los diferentes tipos de texto en un programa de promoción de lectura para los niños de preescolar, en sus visitas de una hora semanal a la biblioteca del colegio.

Los niños, al igual que la flor de “El Principito”, requieren de nuestro cuidado diario. Por tal razón su educación es muy importante para nosotros. De hecho, esta enseñanza deberá ayudar a los niños a darse cuenta de todas las potencialidades que poseen y a desarrollarse en los diferentes ámbitos de sus vidas. Al igual que la flor de “El Principito”, los niños en edad preescolar, que son quienes principalmente nos interesan en este ensayo, saben lo que son las instrucciones, los relatos y los mensajes y por eso los usan adecuadamente. Lo único que necesitan es que se los ayude a estar conscientes de sus diferencias, en cuanto al tipo de textos que irán usando a medida que avancen en el sistema educativo. Eso es lo que propone la metalinguística, pues le permite al sujeto conocer y manipular de manera intencional su comportamiento lingüístico con la finalidad de hacerlo más efectivo (Fraca de Barrera, 2002), es decir, adoptar una actitud reflexiva ante el lenguaje y su utilización (Fraca de Barrera, 1994, citado en Valles, 2000).

Según Valles (2007) este proceso reflexivo del lenguaje comienza tan temprano como el adulto se empieza a comunicar con el niño. Es entonces cuando la norma lingüística de la madre va a determinar incluso la selección de distintos órdenes discursivos y por ende de determinados tipos de texto. Así, por ejemplo, desde los primeros meses de vida y a lo largo de los 3 primeros años, la madre utilizará la narración para contar las actividades del día, al igual que hará uso de los textos expositivos (informativos) para referirse a las características de los objetos como los juguetes, los utensilios del baño y las personas que lo rodean, y finalmente también hará uso de los textos instructivos.

Hasta ese período todo marcha perfectamente, pues según el informe de “Indicadores de condiciones de vida de la población venezolana” de FUNDACREDESA, correspondiente al año 1998, los niños venezolanos nacen con un excelente potencial de desarrollo que se manifiesta hasta los 2 años. A esa edad, el potencial inicial comienza a ser perjudicado por diferentes factores adversos que impiden su adecuado despliegue (Valles, 2007).

Con ese potencial inicial perjudicado, ya aproximadamente a la edad de 4 años, los niños ingresan al preescolar, donde es posible que existan diferentes tipos de relación entre la clase de referentes significados por las palabras del niño y del adulto. Así, en este proceso de construcción de significados el niño hace uso de: (a) Ausencia de correspondencia: la palabra que usa no corresponde al objeto que se refiere. (b) Superposición parcial: se refiere a la utilización de un término para designar a objetos o personas no incluidos en el mismo. Por ejemplo cuando se llama papá a todos los adultos masculinos. (c) Supergeneralización, cuando una etiqueta verbal es aplicada por un niño a un conjunto de referentes más amplio del que se da en la forma adulta de la lengua. Por ejemplo designar indistintamente con el término “guau-guau”, gatos, perros, burros, etc. Por último, tenemos (d) la Subgeneralización al utilizar un término en una extensión particular, como utilizar la palabra zapato sólo en presencia de los de su mamá (Valles, 2000).

Con respecto a la estrategia lingüística de la supergeneralización se ha observado reiteradamente en las actividades de la sala infantil de la Biblioteca Elías Toro, ubicada en el colegio Santiago de León de Caracas, que los niños llaman “cuento” a todos los libros, independientemente de sus diferencias. En relación a conductas como ésta, Vigotsky (1934/2007) aclara que “cuando el niño asimila por primera vez una palabra ligada a un determinado significado, el desarrollo del significado de la palabra no concluye, sino que solamente comienza; la palabra es al principio una generalización de lo más elemental, y solo a medida que se desarrolla, el niño pasa de la generalización elemental a tipos cada vez más altos de generalización, culminando este proceso con la formación de auténticos y verdaderos conceptos” (p. 270).

El concepto de texto instruccional, informativo y epistolar pudieran ser ejemplos de productos del proceso de formación de tipos más altos de generalización explicado de esta forma por Vigotsky, mientras que el texto narrativo ejemplificaría el proceso de generalización de lo más elemental y por ello el niño llama cuento indistintamente de su contenido, a todos los libros.

De hecho, tan plausible es lo anteriormente expuesto, que una de sus aplicaciones se puede observar en la propuesta realizada por Valles (2000). Esta autora se ha trazado en sus investigaciones destinadas al nivel de preescolar, el objetivo de “Estimular la producción de textos expositivos y narrativos”. Para lograr este cometido ha aplicado estrategias metalinguísticas y metacognoscitivas en la elaboración de textos instruccionales, expositivos y narrativos. Tal objetivo ha coincidido con lo planteado por Ferreiro (2001) cuando afirma que se alfabetiza mejor cuando se permite interpretar y producir diversidad de textos.

Ahora bien, y de ¿qué nos sirve pensar en las ventajas de aplicar no solo estrategias metalingüísticas en el nivel de preescolar, sino continuar alfabetizando escolarmente en esta edad temprana? La respuesta a esta interrogante guarda mucha relación con las preguntas antes planteadas. De hecho, al hacer de estas inquietudes preguntas de investigación, se requeriría el desarrollo de una de las destrezas metalingüística propuestas por Clark (citado en Fraca de Barrera, Maurera y Silva, 2002) tal como lo es la búsqueda de resultado de una expresión para interpretar adecuadamente la intencionalidad de cada tipo de texto. Además, cuando los niños ingresen a la primera etapa de Educación Básica, podrán enfrentarse más satisfactoriamente con las nuevas actividades propuestas en la sala correspondiente.

En la Biblioteca Elías Toro del Colegio Santiago de León de Caracas se lleva a la práctica todo lo anteriormente expuesto. Durante un período de tiempo de 3 meses aproximadamente, durante los cuales se trabaja el texto instruccional, el texto epistolar y el texto narrativo, así como también cuentacuentos y actividades de lectura libre.

A continuación, se muestran algunos ejemplos de situaciones didácticas diseñadas para el trabajo de diversas estructuras textuales con niños de preescolar durante su estadía en la biblioteca del plantel।
Caso 1 El texto epistolar

Para trabajar con el texto epistolar en la biblioteca se recrea una situación hipotética con fines didácticos como la siguiente। Se dice a los niños que se ha dañado el ascensor y se necesita llamar al técnico, pero con la limitante de que se ha acabado el saldo del teléfono। Lo único que se tiene son mensajes de texto y una computadora con Internet। Entonces se plantea a los alumnos la pregunta sobre cómo creen ellos que podríamos comunicarnos con el técnico. Cuando logran darse cuenta que es a través de un mensaje escrito, se redacta entre todos una carta breve y se finaliza enunciando sus características.
Caso २ El texto instruccional

A la hora de trabajar con los niños el texto instruccional se llevan varios libros, de diversa temática, tales como manuales de magia y recetarios de cocina। Entonces se procede a hacer algunos trucos y como los niños quieren saber la manera de hacerlo, se leen las instrucciones en el libro। De la misma manera se lee una receta de cocina bastante provocativa, partiendo de lo sabrosa que se ve la imagen en la ilustración y preguntando si no les gustaría saber cómo se hace। Si da tiempo también se lee parte de un manual de instrucciones de celular. Se finaliza preguntando a los niños qué cosas tenían en común todos estos tipos de texto.
Caso ३ El texto narrativo tipo cuento

El texto narrativo se prefiere trabajar a través de la representación teatral del cuento de la “Cucarachita Martínez”, actividad que es alternada con pequeños fragmentos leídos del texto original, para que así al finalizar la lectura sea posible que entre todos, se identifiquen las partes del cuento y qué cosas hicieron posible captar que cada una de esas partes estaba empezando en el relato, con las siguientes preguntas ¿cómo empezó el cuento?, ¿qué pasó después?, ¿qué cosa se repetía una y otra vez en esta parte?, ¿cómo sabían que se estaba empezando a acercar el fin?, y finalmente ¿cómo terminó?

A modo de cierre

Pareciera poco importante estudiar cómo se forma a nivel psicológico esta distinción, sin embargo, el planteamiento cobra vigencia al considerar que es una aplicación de los mecanismos de asimilación y acomodación propuestos inicialmente por Piaget quien sostuvo que “la asimilación implica el que la persona trate con el medio ambiente en función de sus estructuras, mientras que la acomodación implica la transformación de las estructuras en respuesta al medio ambiente” (Gunsber y Oper, 1977, p.18). En otras palabras, cuando el niño se enfrenta con un texto nuevo, lo asimila a su esquema de cuento, es sólo cuando acomoda dicho esquema para la formación de otro, que se da cuenta de que ese texto es diferente, con otras características, y por lo tanto es otra cosa.

Por todo lo anteriormente expuesto es posible afirmar que como parte de un programa de promoción de lectura en preescolar es beneficioso incorporar la distinción de diferentes tipos de texto, ya que propiciaría el desarrollo metalingüístico del niño. Sólo es a partir del desarrollo adecuado de la metacognición que el niño podrá darse cuenta de estas diferencias y por consiguiente, al asimilarlas a su lenguaje, se logrará que amplíe su vocabulario para referirse más apropiadamente a su entorno y contribuir, de esta forma, con su desarrollo.
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Referencias
  • Ferreiro, E. (2001). Pasado y presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aire: Fondo de Cultura Económica.
  • Fraca de Barrera, L. (2002). Hacia la definición de una Didáctica Metalingüística. En L, Fraca de Barrera, S. Maurera y A. Silva (Comp.) Estrategias Metalinguísticas. Hacia una reflexión de la lengua materna en el aula. Cuaderno Pedagógico del CILLAB Nª 6.Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés Bello (pp. 1-12). Caracas: Instituto Pedagógico de Caracas.
  • Gunsberg y Oper (1977). Piaget y la teoría del Desarrollo intelectual. Madrid: Dossat.
  • Saint-Exupéry, A. (1997). El Principito. Santa Fé: Panamericana Editorial.
  • Seldon, E. (1983) El Artista de la cocina. Para comer en familia. Caracas: Publicaciones Latinoamericanas.
  • Valles, B. (2000). La estimulación lingüística en el niño preescolar. Una propuesta de intervención pedagógica en una perspectiva comunicativa: Proyecto de la unidad preescolar Las Piedras. En: Concurso de Experiencias Creativas en Educación “Simón Rodríguez”. Trabajos ganadores en la quinta edición. (2000). Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógico Experimental Libertador.
  • Valles, B. (2007). Desarrollo del lenguaje y enseñanza de la lengua materna en la escuela inicial. Caracas: Didáctico Crecer.
  • Vigotsky, L. (1934/2007). Pensamiento y Habla. Buenos Aires: Colihue


Monday, July 20, 2009

Recomendando autores para niños y adultos



Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Curso: Lectura para Niños y Jóvenes


Víctor Mendizábal
C.I. 14.095.615



Antonio Arráiz



Al igual que en la entrega anterior de la sección: “Recomendando Libros para Niños y Jóvenes”, en esta oportunidad así como en las 8 entregas subsiguientes, Sherazada será nuestra cuentacuentos invitada para continuar narrando la bella y conmovedora historia de “La Cucarachita Martínez y el Ratón Pérez”, como una manera de rendir un sentido homenaje a nuestro escritor Antonio Arráiz.

Scherazada era la bella e inteligente joven, en torno a quien se estructura la historia de “Las mil y una noches”, magistral novela de la literatura árabe que cuenta la historia del Rey Schahriar, quien cuando se casaba con una mujer sólo pasaba una noche con ella, porque al amanecer del día siguiente la mataba. Esto lo hacía como un gesto de venganza contra las mujeres por el adulterio de su antigua esposa. Hasta que un día se casó con una esclava de sangre real, inteligente y culta, que se llamaba Scherazada. Cuando ella estuvo con él, empezó a improvisar cuentos que suspendía en la mitad, tan pronto como empezaba a amanecer. Esto indujo al Rey a dejarla vivir y a pedirle que continuase el relato la noche siguiente. Finalmente, Sherazada le confesó su estratagema, entonces el Rey comprendió su inteligencia, le tomó afecto y le perdonó la vida.




La Cucarachita Martínez. Fragmentos.
2º Entrega.




Y a la noche siguiente, dijo Doniazada a su hermana:


-Por Dios te pido, hermana mía, si no duermes, que nos cuentes alguna de las hermosas historias que sabes, a fin de pasar agradablemente la noche.

-Termina la historia de La Cucarachita Martínez – ordenó el Sultán.

-Será para mí un gran placer y un alto honor- Respondió Sherazada y prosiguió su relato:

-Yo creo más bien que las monedas son redondas para que corran con mayor velocidad – arguyó el paupérrimo Cucarachero-. ¿Quién puede alcanzar una moneda que corre? ¡Ah! Nunca he logrado atrapar una ni siquiera de refilón, y si no fuera ahora por este brillante mediecito que admiro ahora en las manos de la Cucarachita Martínez, estaría por creer que las monedas son ficciones, inventadas por seres crueles para mortificar a los pobres de espíritu y a los limpios de corazón.

-¿Es verdad que la Cucarachita Martínez se encontró un mediecito? – preguntó el cocuyo apareciendo por la ventana.

-Sí, es muy cierto -contestó el doctor Burro-. La versátil Diosa fortuna ha querido hacerle don de uno de sus alígeros favores y ha nimbado su casta frente con el áureo resplandor de la riqueza.

El Dr. Burro sacudió las largas orejas, muy satisfecho; se sacó del bolsillo interior de su levita una libreta con lapicero de oro, unidos ambos por una cadena también de oro; se acomodó los lentes y apuntó la frase que acababa de improvisar. Sería una lástima que se perdiera, e hizo el propósito de desarrollarla luego en un hermoso discurso que pronunciaría en la Academia.

-Sí, me encontré un mediecito. Aquí está – dijo la Cucarachita.

Sus palabras fueron más modestas que las del doctor Burro, pero la demostración objetiva con que las acompañó, las hizo elocuentes. El cocuyo encendió alegremente su farolito japonés; se complacía, de todo corazón, de los buenos sucesos de sus semejantes, y fue a divulgar la noticia por todas las vegas del cañaveral.

-¿Cómo?¿Esa pordiosera? - comentó la envidiosa Nigua -. No en vano dicen que la fortuna es ciega. ¡Ir a escoger a esa zarrapastrosa, a una gentuza tan sin ninguna significación, en lugar de favorecer a una persona digna de ello!

-Por ejemplo, tú – le replicó en tono zumbón el mosquito.

La Nigua se infló de ira blancuzca y amarillenta.

-No me he querido señalar precisamente yo –protestó-. Aunque por más que me esté mal el decirlo, no veo ninguna razón para que se me prive del derecho de ser recompensada por mis virtudes. Supongo que no te atreverás a regatear mis méritos. Soy una mujer honrada, trabajadora y seria; nadie me ve nunca con vestidos descotados en las fiestas ni en los lugares de perdición. Mi vida es una serie de sacrificios; de sufrimientos y de heroísmos. Lo que pasa es que hay gentes frívolas y corrompidas que no reparan en lo difícil que es la existencia para una pobre muchacha como yo, rodeada de tentaciones y de peligros, y, sin embargo, sosteniendo siempre en alto el estandarte de la dignidad. ¿Lo oyes? Muy en alto. Adonde no llegan tus ponzoñosas invectivas.

Se proponía a decir muchas cosas más pero la interrumpió el irascible alacrán, quien, desde el piso de abajo, gritó:

-¡A callar! ¿Qué se están creyendo ustedes? ¿Que están en la plaza del mercado? A callar, y dejen trabajar tranquilo a uno.

Desde hacía mucho tiempo, la Nigua acariciaba el propósito de conquistar el áspero corazón del Alacrán, por lo cual prefirió callarse para agradarle. El Alacrán pudo engolfarse de nuevo en sus colecciones de pedruscos, hojas marchitas e insectos atravesados con un alfiler, entre los cuales vivía, pues era naturalista.

-La Cucarachita Martínez se encontró un mediecito –le anunció el Cocuyo por el postigo.

-¿Y qué tiene eso de particular? –tronó el Alacrán-. Todavía si hubiese encontrado un espécimen ignorado de Clamidosaurio…

-¿Un mediecito? –exclamaron al mismo tiempo, abriendo desmesuradamente los ojos, el Bachaco, el Zancudo, el Chiche, la Cotorra, la Pulga, el Chivo, el Gallo y el Canario de Tejado. El Chivo corrió a su casa a perfumarse la barba y peinarse su hermosa melena de bardo trasnochado. El Gallo fue a ponerse su flamante uniforme, con dormán rojo, galones de plata, brandeburgos de oro y una cascada de plumas blancas sobre su yelmo de acero. El Canario no tenía más que un par nuevo de zapatos de dos tonos y una linda corbata, pero, con ellos, quedó tan elegante como sus rivales.

-¿Y qué haré yo ahora con mi mediecito? –suspiraba la Cucarachita Martínez.

-Cómprese un automóvil –le aconsejó el Bachaco, exhibiendo innumerables catálogos de colores llamativos-. Fíjese usted: tengo todos los modelos; limusinas, sedanes, coches abiertos, convertibles, dos-para-cuatro, todo lo que usted quiera. ¿Qué le parece este soberbio cupé de cuarenta caballos de fuerza? Es la última palabra de la industria automotriz.

-Mis radios son la última…

En eso notó Scherazada que se acercaba el nuevo día e interrumpió su relato.

-¡Cuán bella y maravillosa es tu historia! –le dijo su hermana Doniazada.

-Cosas más bellas y más maravillosas podría referirte aún en la próxima noche si el rey, mi señor, me dejase vivir –respondió la sultana.

El Sultán, resuelto a oír el final, le perdonó la vida también aquél día.



Referencias.


Thursday, July 9, 2009


"La vida es como un cuento y vivirla el mejor de ellos"

Armando Quintero (2000). Los Cuentos de la Vaca azul. Ediciones Vaca Azul y Cuentos de la Vaca Azul. Caracas. P.95


Imagen tomada de http://artedfactus.wordpress.com/2008/03/17/promotores-y-propuestas-de-promocion-de-la-lectura-en-venezuela-una-muestra/

Monday, June 29, 2009

Recomendando autores para niños y adultos


Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización en Lectura y Escritura

Curso: Lectura para Niños y Jóvenes


Víctor Mendizábal
C.I. 14.095.615





Nació en Barquisimeto en el año de 1903. Después de muchos años de ejercicio poético de altura y poder excepcionales, tan es así que es considerado como uno de los mejores poetas de América, Antonio Arráiz entró con la genial capacidad literaria que posee a la actualidad de narrador de cuento y novela. “Puros Hombres”, “Dámaso Velásquez”, son ejemplos novelísticos de indiscutible fuerza. Dentro del cuento ha dado iguales muestras de que su poder creador acepta y domina las dificultades de cualquier género. Especialmente grata la obra que ha realizado al aprovechar figuras tradicionales de nuestro folklore y utilizar lindas caricaturas de animales para fabricar deliciosas fábulas de sarcástica intención. La forma usada por Arráiz es antigua pero le da original sentido la fusión de una expresión lujosa y poética sobre un fondo narrativo de frescura infantil. Arráiz nos cuenta en sus historias de animales viejos enigmas, misterios conocidos, opiniones corrientes, pero su estructura poética y su riqueza verbal hacen vivir en estos cuentos suyos un mundo coloreado de plumas, de escamas, de aguas, de leyendas, por el cual el sarcasmo y la crítica desvanecen sus puntas en la travesura de un juego de arte. Estos cuentos de Arráiz son equiparables a lo mejor que haya él realizado en poesía y novela.



La Cucarachita Martínez. Fragmentos.
1º Entrega



El sultán se acostó con Sherazada en un estrado muy alto, como es costumbre entre los monarcas de Oriente, y Doniazada en una cama que se había instalado junto al lecho nupcial.

Una hora antes del amanecer, Doniazada se despertó y se apresuró a hacer lo que su hermana le había recomendado.


- Hermana mía –le dijo-, si no duermes cuéntame, mientras llega el día, que asomará pronto, uno de esos hermosos cuentos que sabes. ¡Quizás será ésta la última vez que tendré el placer de oírlos!


Sherazada, en vez de contestar a su hermana, se dirigió al Sultán, diciendo:


-Señor, ¿me permitís que complazca a mi hermana en esto que me pide?

-Con mucho gusto –respondió el sultán.

Entonces Sherazada le dijo a Doniazada que estuviera atenta, y dirigiendo la palabra al sultán, habló así:

Estaba la Cucarachita Martínez barriendo el sótano de la cueva bajo la mirada vigilante y ceñuda de Misia Rata, cuando se encontró un mediecito. En el primer instante palideció: quedó inmóvil, fría de emoción, las dos manos temblorosas apoyadas en el palo de la escoba y el corazoncito disparado en loco vértigo. ¡Ay de ella si hubiera perdido la serenidad!



-¿Qué te pasa? - le interrogó al momento Misia Rata.



Pero la Cucarachita Martínez estaba acostumbrada a reaccionar con viveza.


-Nada – dijo -. Me quedé pensando si le habíamos puesto orégano al asado. Yo creo que se nos olvidó el orégano. Todavía habrá tiempo de ponérselo.

-Ya lo creo que le puse su orégano – replicó, iracunda, la Rata-. ¿Qué te estás creyendo? El asado quien lo está haciendo soy yo. ¿Te imaginas que soy como tú, una zagarileja sin fundamento a la que todo se le olvida? Se me figura que debes estar enamorada. Estas muchachas de ahora no viven sino pensando en la vespertina, y en el paseo en automóvil, y en emperifollarse todo el santo día para ir diz que a oir una conferencia en el Pedagógico. ¡Dígame eso! ¿Desde cuándo las mujeres servirán para conferencias? La mujer, metida en su cocina, y al llegar la noche, a rezar el rosario para acostarse. ¡Cuándo las mujeres de mi tiempo! Yo, a tu edad, a estas horas ya tenía toda la casa como una tacita de plata, y todavía, con los años que tengo, te apuesto a que no se me ha olvidado ponerle orégano al asado.

Se reposó, tomó un sorbo de carato de guanábana con leche, que tenía en un vaso al alcance de la mano, y al cabo de un rato agregó:

-Sin embargo, por lo que pueda suceder, voy a ver si le puse orégano al asado.


Un minuto después regresaba triunfante de la cocina.

-¿No te lo decía yo? ¡Ya lo creo que le puse su orégano! Su orégano, su perejil, su adobo y todo lo demás. A mí no se me olvida nada, ¿lo has oído bien, niña? ¡Nada!

Sumamente majestuosa se tomó el resto del refresco.

Pero en el breve intervalo de su ausencia, la Cucarachita Martínez, rápida como una lanzadera de telar, había recogido el mediecito del suelo y lo guardó en el bolsillo del delantal.

Era un mediecito, auténticamente: todo un señor mediecito. Bastante liso: el rostro del Libertador se adivinaba más por el amor y la devoción de quienes lo contemplaban, que porque apareciese en realidad en rasgos visibles sobre la superficie. Pero, de todos modos era un mediecito.

-Una verdadera pieza de valor monetario, de ley de 835, diámetro de 16 milímetros y peso de 1,25 gramos –sentenció el Sietecueros-. La moneda tiene un valor real y uno simbólico: el valor real representa el metal precioso que contiene, que en el caso concreto es la plata en una aleación con cobre de 8,35 por 1,65. La plata es el Argentum de los latinos, y el símbolo con el que se le distingue es Ag. El valor simbólico expresa su poder adquisitivo, que varía según las fluctuaciones del mercado y el costo de la vida; y asimismo, la cantidad de valor del trabajo que se condensa en la moneda. La moneda fue inventada por los fenicios, y, rápidamente popularizada, ha sido adoptada por todo el mundo como el medio circulatorio más eficaz para las transacciones comerciales.

Nunca hubiera terminado su disertación, de no ser por la paloma, quien, abriendo con expresión inocente los hermosos ojos, interrogó de pronto:


-¿Por qué serán redondos los mediecitos?

-Jesús, niña: ¡Qué poco vuelo de inteligencia la tuya!- le replicó en el acto la gallineta -. Los mediecitos, y todas las monedas son redondas, porque sino no se podrían meter por los huecos de las alcancías.

La gallineta era bachillera en filosofía y letras, y todo cuanto pronunciaba rezumaba su profunda sabiduría.


-Yo creo más bien que las monedas son redondas para que …

Al llegar aquí, Sherazada vio que despuntaba el día, y sabiendo que el Sultán se levantaba muy temprano para rezar sus oraciones matutinas suspendió su relato.

-En verdad tu historia es bonita, amena y maravillosa- dijo Doniazada.

-Pues lo referido hasta ahora –replicó Sherazada-, no es nada en comparación de lo que referiré en la próxima noche, si el rey, mi Señor me concede la vida hasta entonces. Lo que falta es aún más maravilloso y sorprendente.


Schahriar, que había escuchado con placer a su esposa, se dijo: “Esperaré hasta mañana y la haré matar cuando haya terminado.

Referencias



  • Las Mil y una Noches. Tomo 1. (2003). Gustav Weil (Traductor). Edicomunicación, S.A. España.

  • Arráiz, A. (s.f). La Cucarachita Martínez y Ratón Pérez. En: Meneses, G. (1992). Antología del Cuento Venezolano. Monte avila editores. Caracas.

Tuesday, June 23, 2009

"...si realmente es cierto que con lectura se ha vuelto loco [Alonso Quijano], entonces tendremos que reconocer que ha elegido la mejor forma de convertirse en otro, que en eso pienso que consiste la locura".
José Saramago, Presidente de honor de la Fundación Alonso Quijano.

Imagen tomada de Miguel de Cervantes (1999). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Intermadio Editores. Bogotá. P. 5.